Un principio que encontramos en esta escritura para avivar el templo de Dios y que es clave, “Dios tiene que despertar nuestro espíritu”. Cada ves que Dios ha traído un avivamiento a su iglesia el ha tenido que despertar los espíritus de los hombres y mujeres que el ha usado.
El profeta Habacuc clama al señor por un avivamiento pero le dijo “He oído tu palabra y temí”. Era una palabra de juicio de parte de Dios, por lo tanto, Habacuc sabia que solamente un avivamiento podría cambiar el destino de su pueblo
Isaías 43-19. Esta escritura habla de lo que es un avivamiento. Habla de hacer vivir lo que esta muerto. El desierto representa muerte, dolor, maldad, soledad, inseguridad, desanimo, odio y esterilidad. Todo lo que representa el pecado el diablo y el mundo eso es el desierto, entonces, abrir camino en el desierto es erradicar todo esto y abrir brechas nuevas en nuestras vidas. Abrir nuevas esperanzas, nuevos sueños, nuevos propósitos. Propósitos eternos, propósitos verdaderos en Dios
Entonces por la palabra Dios abre caminos en el desierto y por los ríos del espíritu trae vida a esos caminos. Esa es la manera de Dios cuando va a hacer algo. Primero manda la palabra diciendo: “Traigo un nuevo camino para tu comunidad, un nuevo camino para tu familia, para tu iglesia y para tu ministerio” entonces lo que haces es que declaras esa palabra de Dios, la empiezas a sembrar en tu comunidad, en tu familia, en tu iglesia, en tu ministerio y tarde o temprano vendrán los ríos de l espíritu a hacer vivir esa palabra que Dios te dio aleluya.
Entonces Dios antes de traer un avivamiento, primero manda la palabra Habacuc quien dijo “He oído tu palabra y temí” y luego dijo: Aviva tu obra en medio de los tiempos, dala a conocer (Habacuc 3:1-2) entonces la palabra es el camino del avivamiento El dijo: “por la palabra abriré caminos” es por eso que la Palabra es viva y eficaz.
Jesús es la palabra de Dios hecha carne y el dijo “yo soy el camino”. El camino del avivamiento es cristo, el verbo de Dios. En el texto que leímos de Esdras dice que para que se cumpliese la palabra que Dios le había dado al profeta jeremías lo que hizo Dios fue que despertó el espíritu de Ciro rey de Persia. Y cual fue el sentir de Dios? Edificar su templo. Esto quiere decir avivar su obra. Su templo estaba derribado, estaba menospreciado, estaba desolado. Si uno descuida la obra de Dios estará desolada la comunidad donde este esa obra.
Entonces que hace Dios? Despierta el espíritu del rey para que se alineé al corazón de Dios y así, ordena al pueblo de Dios que se edifique su templo, que se restaure su casa. Un rey gentil, un rey que no es ni judío Dios lo despierta para empezar un avivamiento, aleluya! Entonces que pasa hoy en día? ¿Porque la maldad esta asolando nuestro estado, a nuestra nación? ¿no hay temor de Dios en nuestro gobierno? La razón es simple: nos falta la palabra revelada de Dios que produce un despertar en el pueblo de Dios.
Avivamiento no es brincar ni gritar ni saltar en una iglesia ni sentir bonito solamente. Avivamiento es erradicar la maldad del corazón; es cuando Dios se presenta obrando en los seres humanos con prodigios, maravillas y milagros cambiando el rumbo de un estado y de una nación. En donde desde el mas pequeño hasta el mas grande sea lleno de su gracia y poder, llenando sus vidas de los ríos de la gloria de Dios, amen! Exodo34-10
Hemos cambiado la palabra por programas por reglas humanas por dogmas por religión llena de emocionalismo, pero falta la vida de Dios que pudre yugos y desata ligaduras y ataduras muy profundas. Cuando Jesús dijo en Mateo 4:4, “No Solo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”, entonces el hombre vive y una nación puede vivir por la palabra. Esto quiere decir, es avivado por la palabra. Yo no hablo de conocimiento, hablo de que tenemos que buscar la palabra que Dios tiene para este TIEMPO, la palabra nueva, la palabra revelada, la palabra fresca y la palabra joven. Olvida que Dios traiga un avivamiento a tu vida si no le buscas en intimidad, si no hay consagración, si no hay un desplazamiento de la carne hacia el espíritu, si no hay una separación de tu vida natural hacia la vida sobrenatural de Dios. Hechos 20-22 ligado al espíritu esa es la segunda clave entonces la primer llave para que se abra el avivamiento en tu vida es que Dios tiene que despertar tu espíritu. Esto hace que ese ser interior empiece a tomar control y dominio sobre el ser exterior y empieza a abrir un camino estableciendo el control y dominio del reino de Dios. Esto es avivamiento, que el reino de Dios tome posesión dominio y control sobre las naciones. Dios sopla la palabra y la palabra despierta tu espíritu para gobernar y para avivar su templo, tu casa. La segunda llave para despertar el avivamiento es estar atado al Espíritu o ligado al Espíritu Santo.
Cuando tu estas ligado al Espíritu te comienzas a desatar de las obras de la carne. Esa es la manera de hacer morir las obras de la carne. Las obras de la carne tienen vida y poder mientras el ser humano este ligado a ellas, pero cuando el ser humano entra en la dimensión del Espíritu y se liga a El, entonces es cuando se empieza a desligar de las obras de la carne y como no hay vida que las alimente empezaran a morir y empezaras a conocer las obras del espíritu, la vida del espíritu, la dimensión del espíritu, la impartición del espíritu, la inteligencia del espíritu, la sabiduría del espíritu, el poder del espíritu, la intimad con el espíritu y la palabra del espíritu, que es la espada del espíritu según Efesios 6:17
Esto es el rhema de Dios. El rhema es una espada que despedaza todo lo que este en contra de esa palabra. Cuando Dios da un rhema o sea una palabra revelada, es una palabra viva. Nadie la puede detener. Esa palabra se cumplirá y todo lo que le estorbe a su paso será destruido, todo argumento que se levante contra esa palabra será destruido porque es la espada del Espíritu
Entonces este poder de la palabra se logra en la dimensión del Espíritu Santo. Ahora como creyentes y como cristianos el Espíritu Santo mora en nosotros. Esto es algo muy importante porque el avivamiento esta EN MI, entonces yo puedo hacer que arda como una gran quemazón o que se apague y solamente queden cenizas, con razón Pablo le dice a Timoteo “Aviva el fuego del don que hay en ti” ¿Cual es ese don? el Espíritu Santo 2da de Timoteo 1:6-7
Entonces Pablo le dice “en ti hay algo tremendo que tienes que despertar, que avivar”. El tesoro que tenemos en vasos de barro es el Espíritu Santo. Tenemos algo tremendo en nosotros, tenemos la capacidad de despertar a los muertos espirituales para Cristo, tenemos el poder de LA RESURECCION EN NOSOSTROS
Dios puso avivamiento en todos nosotros pero de nosotros depende despertarlo. Dios dice “yo puse mi espíritu en ti, yo te he escogido para que seas un templo, una casa donde yo more”. Eres un ser privilegiado pero de ti depende cuidar este templo, de ti depende mantener encendido el fuego de Este templo.
Ahora, ¿como se cuida este templo?. Numero uno, amando lo que Dios te ha dado: su Espíritu Santo. Tu empiezas a darle mantenimiento a este templo amando su precioso Espíritu Santo. Cuando tu aprendes a amar a Dios, El se empieza a mover en tu vida, haces que El se sienta bien y entonces El desea estar contigo. El nos anhela. La ruina de un cristiano viene cuando entristeces al espíritu santo, cuando te olvidas que el esta ahí y eres indiferente con El. Cuando no tienes tiempo para el empiezas a llenar su casa de pecado, eso lo contrista y eso trae la destrucción de este templo, entonces, a menos que le pidas perdón y te arrepientas El vuelve a limpiar su casa, gloria a Dios.
La destrucción del templo viene cuando se contrista al espíritu santo, entonces empieza a haber una separación en la intimidad con Dios y si el cristiano deja que esto siga avanzando, puede volver a quedar muerto y vacío. Por tanto, debe de arreglarse esa situación para que vuelva a ver avivamiento en la casa de Dios
Numero 2: La alabanza y la adoración son necesarias cada día en este templo. Tu eres el encargado de avivar este templo con alabanza y adoración, tu eres un ministerio de adoración. Todo cristiano debe aprender alabar y adorar a Dios. Le alabamos con cantos con himnos y con cánticos espirituales, esto es: en el espíritu.
La biblia dice que Dios habita en la alabanza, entonces, la alabanza y la adoración son un factor muy importante para despertar el avivamiento. Una casa habitada se ve muy diferente a una desabitada. La casa desabitada muestra suciedad, muestra soledad, muestra abandono, muestra ruina. Una casa habitada muestra todo lo contrario. Cuando aprendes el principio de la alabanza y adoración tu templo empezara a llenarse de la presencia de Dios
Cuando crecemos en la alabanza y la adoración eso nos vuelve pequeños, nos hace como niños porque empezamos a mirar la grandeza de Dios. Nuestro corazón se abre para que corran los ríos de Dios. Del corazón mana la vida pero si el corazón esta cerrado para Dios manara una vida contaminada por el dolor del pecado. Cuando ese corazón se abre para Dios, manara una vida llena del poder y de la bendición de Dios.
Cuando Josue llego frente a Jericó para conquistar la ciudad la biblia dice que la encontró cerrada y especifica: “bien cerrada”. Nadie podía entrar ni salir, eran muros altísimos, una gran fortaleza. No había manera de entrar a la fortaleza de Jericó. Eran sus muros. Por eso es que al derribarlos pudieron conquistar la ciudad. Hay corazones que están bien cerrados, donde no puede entrar la bendición de Dios y no pueden conquistar el avivamiento porque el corazón esta bien cerrado. Si logras conquistar tu corazón y logras derribar los muros que están estorbando, empezaras a ser una casa avivada para Dios.
El corazón del hombre es una gran fortaleza, es duro como piedra, entonces, rendirse a Dios en alabanza y adoración te hace ser pequeño y el empieza a ser grande y es por esa grandeza y ese poder que Dios derribo la fortaleza de Jericó Dios debilito Jericó tumbando sus muros y entonces creció el poder en los guerreros para matar a sus enemigos, tomar el botín y conquistar Jericó, aleluya!. Si tu logras conquistar la presencia de Dios en tu vida lograras conquistar a tus enemigos, tomar el botín, las riquezas de Dios y el avivamiento que El quiere traer a tu vida. Si no logras abrir esas puertas que están bien cerradas en tu corazón, no podrás conquistar la presencia del Espíritu santo en tu vida.
Es tiempo de humillarnos a Dios es tiempo de reconocer que nos hemos atorado en el mover de su espíritu. Tal ves en un tiempo nuestras puertas se abrieron y su presencia entraba y salía a través de ese acceso, pero por alguna razón, volvimos a edificar esas fortalezas y nos hemos secado otra ves porque ya su rió no nos moja como nos empapaba antes. Josué dijo cuando destruyo Jericó que todo aquel que vuelva a edificar esta ciudad y estos muros sea maldito o anatema. Si por alguna razón tu volviste a levantar esos muros en tu corazón recuerda esta palabra: La soberbia, la altivez, la desobediencia, etc... son muros que nos estorban. Deja que Dios los derribe, El quiere avivarte otra vez.
Es tiempo de volver a vivir en su presencia. Tu puedes ser una casa llena de la presencia Dios, donde sus ríos vuelvan a correr en ti y que por largos días como dijo el salmista, podamos vivir en la presencia de El, amen!.
sábado, 1 de mayo de 2010
Avivando el templo del Espíritu Santo
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